Por un día, unos 30 hombres dejaron en casa sus pantalones habituales y salieron a la calle vestidos con faldas para darse un paseo por el centro de Sevilla. Ocurrió el sábado. Y la reacción de los transeúntes fue inmediata. Muchos les quitaban de las manos los panfletos en los que decían estar "hartos de tener que llevar los pantalones y de los patrones imperantes de masculinidad". Recibieron no pocos aplausos de mujeres.
"Esos son gays, ¿no?", le preguntaba un chaval al amigo al ver asomar las piernas peludas bajo las faldas. Iba mal encaminado, porque no es esta la causa que une a los protagonistas de este peculiar pasacalles, todos ellos miembros de la Red de Hombres por la Igualdad, cuyo nexo de unión es la igualdad entre hombres y mujeres. Este paseo en faldas fue sólo el punto final del III Encuentro Estatal de la Red, que supuso la presentación del colectivo a la opinión pública.
"Lo de los pantalones hace referencia al dicho histórico del hombre que intenta imponerse a su mujer diciendo: En casa quien lleva los pantalones soy yo'", cuenta José Ángel Lozoya, otro activista, que cree que "es muy alto el precio que los hombres tenemos que pagar por la masculinidad". Como ejemplo pone "la dificultad casi total a la hora de expresar sentimientos, y la obligación de tener que demostrar a todas horas que eres un macho". Para Lozoya, estos factores influyen en que "los hombres vivamos siete años menos de media que las mujeres, sin una explicación genética".
La lucha de las mujeres ha conseguido que en España exista igualdad legal, pero no social. Para que ello suceda "nos toca cambiar a nosotros, y dejar de escaquearnos", admite Lozoya.
Este escaqueo es para los miembros de la Red uno de los puntos clave para conseguir la igualdad, e incluso un mayor bienestar de los propios hombres. Tanto las tareas del hogar, como el cuidado de las personas que les rodean, "son el talón de Aquiles de los hombres", sostuvo uno de los activistas durante el debate anterior a la marcha. Es por eso que las jornadas, a las que han asistido hombres de Euskadi, Valencia, Madrid o Castilla y León, han girado en torno a los cuidados "que damos, recibimos y nos damos".
Durante todo el debate, los asistentes compartieron experiencias personales. Uno de los participantes explicó cómo tardó tiempo hasta comprender que la forma en que su padre lo cuidó era "trabajar 12 horas para mantener a la familia". Un accidente laboral llevó con los años a su padre a necesitar una serie de cuidados. "Había que lavarlo, rascarle... Fue la primera vez que le dije que lo quería, y la primera que él me lo dijo a mí", explicó su hijo.
"Es que los cuidados son una filosofía de vida, porque aprender a convivir, cuidar y cuidarte, te hace dejar incluso de lado la violencia", aportó otro de los participantes.
Calidad de vida