FUENTE: DOSMANZANAS.COM
Un triste incidente homófobo ha venido a empañar la alegría con la que los sevillanos LGTB disfrutan de la que también es su Feria. El jefe de una caseta impidió que José Carlos Iglesias, de 31 años, y su pareja Juan Carlos Cabezas, de 24, pudieran bailar unas sevillanas por el hecho de ser una pareja de hombres. “Aquí no bailan maricones”, les espetó.
Según informa Público, la pareja acudió sobre las 01:30 horas del sábado a la caseta “Pero como tú ninguna”, en el número 100 de la calle Pascual Márquez del recinto de la Feria. Estaban invitados, y los acompañaban varios amigos más, algunos a su vez amigos de hijos de socios de la caseta, propiedad de los Donantes de Flores de la Virgen de la Macarena.
Cuando José Carlos y su pareja se disponían a bailar unas sevillanas, una mujer protestó y avisó a su marido, presidente de la caseta, que ordenó incluso parar la música. “Ambos les dijeron al declarante y a su pareja que no podían bailar, que estaban en una caseta de orden y dos hombres no podían bailar juntos y que en qué país vivíamos”, según reza la denuncia presentada por José Carlos Iglesias en el juzgado de guardia. “El hombre decía: ‘Aquí no bailan maricones’”, cuenta a su vez Alejandro Guerra, un joven de 24 años testigo de lo sucedido y que no conocía a la pareja. “La mayoría de los presentes se puso de parte de José Carlos y contra el presidente, que estaba fuera de sus casillas”, añade.
Fue el propio Iglesias, tras ser instado a marcharse con el argumento de que se trataba de una caseta privada, el que avisó a la Policía Local. “Fue muy desagradable. Le dije que me iría cuando llegara la Policía”, explica José Carlos, indignado por lo sucedido, y que no está dispuesto a tolerar conductas homófobas. José Carlos Iglesias se quedó a la espera de su llegada, con su pareja y sus amigos, a las puertas de la caseta, para no acalorar aún más la situación. La Policía tomó los datos a los denunciados y la pareja y sus amigos se fueron.
El incidente se produce un año después de que otra pareja gay fuera expulsada de otra caseta, a la que también había sido invitados por unos conocidos, por darse un beso.
Condena de la Coordinadora Girasol
La Coordinadora Girasol ha condenado lo sucedido y ha exigido a la Delegación del Gobierno de Andalucía que lo investigue y depure responsabilidades. “Estos hechos demuestran la intolerancia de algunas personas, que contrarias a la Ley y al sentir de la inmensa mayoría de la sociedad, quieren imponer su ‘moral’ y ‘principios’ por encima del derecho a no ser discriminado por motivo de orientación sexual, tal como recoge nuestra Constitución y el Estatuto de Autonomía de Andalucía”, ha manifestado en un comunicado la organización LGTB andaluza.
Un triste incidente homófobo ha venido a empañar la alegría con la que los sevillanos LGTB disfrutan de la que también es su Feria. El jefe de una caseta impidió que José Carlos Iglesias, de 31 años, y su pareja Juan Carlos Cabezas, de 24, pudieran bailar unas sevillanas por el hecho de ser una pareja de hombres. “Aquí no bailan maricones”, les espetó.
Según informa Público, la pareja acudió sobre las 01:30 horas del sábado a la caseta “Pero como tú ninguna”, en el número 100 de la calle Pascual Márquez del recinto de la Feria. Estaban invitados, y los acompañaban varios amigos más, algunos a su vez amigos de hijos de socios de la caseta, propiedad de los Donantes de Flores de la Virgen de la Macarena.
Cuando José Carlos y su pareja se disponían a bailar unas sevillanas, una mujer protestó y avisó a su marido, presidente de la caseta, que ordenó incluso parar la música. “Ambos les dijeron al declarante y a su pareja que no podían bailar, que estaban en una caseta de orden y dos hombres no podían bailar juntos y que en qué país vivíamos”, según reza la denuncia presentada por José Carlos Iglesias en el juzgado de guardia. “El hombre decía: ‘Aquí no bailan maricones’”, cuenta a su vez Alejandro Guerra, un joven de 24 años testigo de lo sucedido y que no conocía a la pareja. “La mayoría de los presentes se puso de parte de José Carlos y contra el presidente, que estaba fuera de sus casillas”, añade.
Fue el propio Iglesias, tras ser instado a marcharse con el argumento de que se trataba de una caseta privada, el que avisó a la Policía Local. “Fue muy desagradable. Le dije que me iría cuando llegara la Policía”, explica José Carlos, indignado por lo sucedido, y que no está dispuesto a tolerar conductas homófobas. José Carlos Iglesias se quedó a la espera de su llegada, con su pareja y sus amigos, a las puertas de la caseta, para no acalorar aún más la situación. La Policía tomó los datos a los denunciados y la pareja y sus amigos se fueron.
El incidente se produce un año después de que otra pareja gay fuera expulsada de otra caseta, a la que también había sido invitados por unos conocidos, por darse un beso.
Condena de la Coordinadora Girasol
La Coordinadora Girasol ha condenado lo sucedido y ha exigido a la Delegación del Gobierno de Andalucía que lo investigue y depure responsabilidades. “Estos hechos demuestran la intolerancia de algunas personas, que contrarias a la Ley y al sentir de la inmensa mayoría de la sociedad, quieren imponer su ‘moral’ y ‘principios’ por encima del derecho a no ser discriminado por motivo de orientación sexual, tal como recoge nuestra Constitución y el Estatuto de Autonomía de Andalucía”, ha manifestado en un comunicado la organización LGTB andaluza.
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