30 noviembre 2011

SOMOS en el ##11211, Día mundial de la lucha contra el SIDA

PROGRAMACIÓN


A las 12:00h. colocación de un Lazo Rojo en el Balcón del Ayuntamiento, Plaza del Pilar, por las entidades locales, como símbolo y compromiso ante el VIH-SIDA.



A las 13:00h. la Consejera de Acción Social y Juventud, entregará los premios a l*s ...ganadores del V Conscurso de carteles "en el SIDA pintamos todos" en el Centro Joaquín Roncal (Fundación CAI-ASC) en C/San Braulio, 5-7 e inagurará la exposición con las obras presentadas en este concurso que permanecerá hasta el 10 de Diciembre en este Centro.

Se leerá el manifiesto elaborado por y subcrito por las entidades locales. Comisión Ciudadana Antisida y OMSIDA. Finalizaremos la actividad con un piscolabis solidario.


De 20 a 21h en la Plaza de España, música de percusión con el grupo "TRONKOBLOCO". Lectura del Manifiesto de la Secretaría del Plan Nacional del Sida e iluminación de rojo del edificio de la Diputación Provincial de Zaragoza.


A las 20:30h., se realizara una ABRAZADA en la Plaza de España, como símbolo del compromiso de todos ante el VIH-SIDA.


El Día 2 a las 12:00 h. SOMOS seguirá impartiendo sesiones de diversidad afectiv- sexual y prevención de VIH, en esta ocasión en La Puebla de Alfindén.

MANIFIESTO:


La Asociación SOMOS Lesbianas, Gais, Transexuales, Bisexuales y más, SOMOS, junto con la FELGTB, Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales, celebramos el 2011 como Año en Positivo: + salud, + solidaridad, reivindicaciones que cobran fuerza este 1 de Diciembre, Día Mundial del Sida (#11211).


Hace 30 años en EE.UU.  se detectaron los primeros casos de SIDA y su detección en la comunidad gay, el creciente número de nuevos casos, el desconocimiento sobre sus causas y su prevención, la ausencia de tratamientos, el grave y rápido deterioro de la salud de los enfermos y de las enfermas y su prácticamente inevitable muerte, llevaron a gran parte de la sociedad a un estado de pánico e histeria colectiva que depositó una insoportable carga de estigma sobre nuestra comunidad, así como sobre otros colectivos sociales. En occidente, el SIDA nos volvió a confrontar con la enfermedad, el sufrimiento y la muerte, y también con el prejuicio, el miedo y el odio.


Fueron los años de la peste rosa, el cáncer gay, la enfermedad de las cuatro haches, de los grupos de riesgo, años de vidas silenciadas por el estigma, el rechazo social, de amistades, parejas, familias, del personal sanitario, en el puesto de trabajo... El SIDA significaba la muerte física pero también social de los afectados y de las afectadas.


Durante estos treinta años, la infección por VIH ha llegado a ser una pandemia de carácter mundial, afectando a individuos, familias, comunidades y países, de múltiples maneras: comprometiendo la salud y segando la vida de millones de personas, transformando las relaciones sexuales y la manipulación de la sangre, poniendo a prueba las relaciones de solidaridad y apoyo mutuo, revolucionando la ciencia e investigación médica, comprometiendo el desarrollo social y económico de algunos países, etc.


Desde el inicio de la epidemia, 25 millones de personas han fallecido por causas relacionadas con el SIDA en el mundo; 34 millones viven con el VIH (unas 130.000 en España), pero sólo casi el 50% de los 14.200.000 personas que necesitan tratamiento lo están recibiendo. Cada día, más de 7.000 personas contraen el VIH en el mundo. En 2010, 2.700.000 personas se infectaron con el VIH y 1.800.000 murieron.


En la comunidad LGTB, el VIH sigue siendo la mayor amenaza para nuestra salud porque nos afecta de una forma desproporcionada, estimándose que en España viven con el VIH 1 de cada 10 hombres que tienen sexo con otros hombres (HSH), 1 de cada 4 mujeres transexuales trabajadoras sexuales y 1 de cada 5 hombres trabajadores del sexo. En 2010 se notificaron 2.907 nuevos diagnósticos de VIH, de los que 1.339, el 46,1% eran HSH.


Hoy en día, el tratamiento antirretroviral ha transformado la infección por VIH en una condición crónica médicamente manejable, que requiere del compromiso activo de los y las pacientes con el cuidado de su salud, pero que sigue sin tener curación ni vacuna, que los y las hace vulnerables a otras enfermedades y problemas de salud, que envejece prematuramente el organismo y que puede acortar la esperanza de vida e incluso sin tratamiento acabar con ella.


El SIDA sigue significando todavía estigma, discriminación y marginación. Así, en nuestro país, hay un número importante de personas que piensan que las personas con VIH son las culpables de padecer la enfermedad; que se sentirían incómodas si un compañero y/ o una compañera de trabajo estuviera infectada con el VIH o si sus hijos o hijas compartieran colegio con otros niños u otras nilas seropositivas o si en un comercio les atendiera una persona que vive con VIH; que incluso piensan que la ley debería obligar a separar a las personas con VIH o a publicar nuestros nombres para que pudieran ser evitadas. Los prejuicios son más destructivos que el propio virus.


Convivimos cada día con el VIH, compartimos nuestra vida con otros hombres y mujeres que viven con él, lo sepan o no, nos lo digan o no. Y vamos a seguir trabajando, cada día, para frenar la transmisión del VIH, apoyar a quienes viven con VIH y combatir su estigmatización y discriminación. Se trata de nuestra salud, de nuestro derecho a la salud.


Somos conscientes de que nos enfrentamos a nuevos retos, fruto de un nuevo escenario nacional e internacional relacionado con la crisis económica, la actual realidad, epidemiológica, clínica y social, de la infección por VIH y la etapa política que se inicia en nuestro país, retos que requieren de renovar la respuesta comprometida y sostenida de toda la sociedad, también la nuestra.


La crisis económica ha supuesto y puede suponer aún más un replanteamiento de las políticas públicas en materia de sanidad, servicios sociales, educación, etc., en el sentido de un recorte presupuestario y una menor protección social. Sin embargo, ante ello hemos de recordar que la salud es un derecho de la ciudadanía, que contribuye con sus impuestos al sostenimiento de una sanidad pública y universal, y al cual no vamos a renunciar.


No es momento de recortar la inversión en salud. Al contrario, es imprescindible aumentar los recursos económicos empleados en la investigación de una vacuna efectiva y en garantizar el acceso universal a la prevención, tratamiento, atención y apoyo con relación al VIH y al SIDA, no sólo en este país sino también en los países más golpeados por la epidemia, en Asia, en América Latina, en África, en lugares donde ser lesbiana, gay, transexual o bisexual es motivo de despido, de agresión, de humillación, de violación, o de asesinato.


Denunciamos asimismo la escasa o nula interlocución que el actual Gobierno de Aragónmantiene con esta ONG, y la reducción de ayudas y subvenciones a éstas, mermando así nuestra necesaria colaboración, capacidad de respuesta y recursos. No nos resignamos a ser meros espectadores de las políticas públicas. Pedimos una mayor participación real, efectiva y significativa del movimiento asociativo LGTB y de respuesta al VIH en las políticas sanitarias de las comunidades autónomas. ¡Nada sobre nosotros sin nosotros! ¡Nada sobre nosotras sin nosotras!

Además, los datos epidemiológicos no justifican la disminución de recursos económicos. Al contrario, reclamamos una mayor inversión especialmente con relación a los colectivos sociales más golpeados por la infección, y entre los cuales estamos, para poder revertir la situación que padecemos. Por ello la asignación de recursos debe realizarse de acuerdo a la realidad y prioridades epidemiológicas, primando la intervención en nuestra comunidad.

Reivindicamos, un mayor compromiso de toda la sociedad con la defensa de nuestra salud y de nuestros derechos y para acabar con todo aquello que nos hace más vulnerables frente al VIH, como es la xenofobia, el machismo, la homofobia, bifobia y transfobia.

Celebramos este 1 de diciembre en memoria también de todas aquellas personas que murieron cuando no había tratamiento, que fallecieron por miedo al estigma y la discriminación, las que, por miedo al rechazo, no quisieron hacerse la prueba o llegaron demasiado tarde y, por supuesto, en memoria de todas las víctimas del tercer y cuarto mundo.

A muchos y muchas les gustaría silenciarnos, ocultarnos, invisibilizarnos... pero estamos aquí para gritar que para acabar con el VIH hay que respetar la diversidad sexual. Tenemos derecho a la dignidad y tenemos derecho a tener los mismos derechos que cualquiera.

Vamos a seguir siendo valientes, a vivir con dignidad, a trabajar para ganar la partida al VIH cada día. ¡Si el SIDA no ha podido con nosotras y nosotros, no dejemos ahora que se impongan el silencio, la indiferencia, y la injusticia! ¡Podemos parar el VIH, podemos acabar con el SIDA, actuemos en positivo, defendamos nuestra salud y nuestros derechos, celebremos la vida!

Vigilancia Epidemiológica del VIH/sida en España. SINIVIH y Registro de casos de SIDA:
Enlace al manifiesto en la web de la FELGTB:

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