09 octubre 2010

Barberá veta acto sobre VIH por que ve una burla a la Iglesia

Sigue la lucha incansable de las instituciones valencianas por prohibir todo aquello que huela a educación sexual o colectivos gays. Esta vez ha sido el turno de la alcaldesa de Valencia Rita Barbera que quiere que todos los valencianos vivan acorde al estilo de vida papal.

La Coordinadora que aglutina las asociaciones de lucha contra el Sida de la Comunidad Valenciana, Calcsicova, informó ayer de que el Ayuntamiento de Valencia, que dirige Rita Barberá, del PP, se niega a que este año la entidad celebre el Día Mundial del Sida en la plaza de la Virgen, junto a de la Basílica de la Virgen de los Desamparados.

El lugar elegido por los organizadores no es casual, puesto que lleva 13 años celebrándose en el mismo sitio.

El argumentario del Consistorio se resume así: “Sois unos irreverentes y vais a mofaros de la Iglesia”. Así recordaba ayer Joan Monrabal, responsable de sensibilización de Calcsicova, la explicación que recibió del jefe del Negociado de Fiestas Tradicionales del Consistorio, Manuel Camarasa. “Nos dijeron que éramos muy irreverentes, muy escandalosos, que repartíamos condones en la vía pública”, explica.


Una ciudad que agoniza

Con esta acción unida a la decisión de la Generalitat Valenciana de retirar las clases de educación sexual y a otras muchas acciones promovidas por las instituciones valencianas como el encuentro de familias celebrado en Valencia, la ciudad se esta convirtiendo en un referente internacional de la moral católica.

Valencia se ha convertido en los últimos años en una ciudad que expulsa a los jóvenes y repudia la cultura alternativa. Fuentes, parques luces y más luces una ciudad muy bonita que se convierte en una pesadilla para los jóvenes valencianos.

Miquel flores, valenciano de 32 años de edad nos comentaba en un correo “salí de Valencia hace 5 años, era algo insoportable, la monotonía y el aburrimiento unidas a la falta de expectativas laborales me empujaron a salir en un viaje sin retorno a la vecina Barcelona”.

“Quisiera que las cosas cambiaran, Valencia es además de mi tierra una ciudad con mucho encanto pero esta gente esta degradándola hasta límites insospechables” culmina Miquel

Parece que no hay lugar para el ocio de gays y lesbianas en esta ciudad. Tras veinte años de obras el casco antiguo de la ciudad -barrio del carmen se ha transformado desde albergar un ambiente de ocio alternativo y LGTB a ser un área residencial que se pretende libre de ruido.

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