13 octubre 2010

Organizaciones LGTB musulmanas reclaman el derecho a compatibilizar fe y homosexualidad

“Es posible ser un buen musulmán y ser homosexual”. Lo dice Moulana Muhsin Hendricks, que junto a Daayiee Abdullah (en la foto) son los dos únicos imanes abiertamente gays conocidos. Ambos han participado en el Calem, primer encuentro internacional de organizaciones LGTB musulmanas, que ha tenido lugar este fin de semana en París.

Hendricks, que reclama su derecho a sentirse gay y musulmán, fundó hace 13 años The Inner Circle, con base en Ciudad del Cabo (Sudáfrica) y hasta ahora la única organización LGTB musulmana de ámbito internacional. Su objetivo, muy claro: “luchar contra la interiorización de la homofobia que conduce al suicidio de muchos musulmanes homosexuales y contra los matrimonios forzados y la presión social que obliga a los homosexuales musulmanes a llevar una doble vida”.

En la conferencia de París, además de The Inner Circle, han participado otras organizaciones integradas en todo o en parte por musulmanes LGTB, como la francesa HM2F, la belga Merhaba, la marroquí Kifkif o la argelina Abu Nawas, entre otras (algunas de ellas en situación de clandestinidad en sus países). También ha estado presente la española A.M.HO., Asociación de Musulmanes Homosexuales.

Sus representantes han reinvindicado la compatibilidad entre fe musulmana y homosexualidad y han intercambiado experiencias sobre cómo organizarse y llegar cada vez a más gente en entornos hostiles. “No tenemos derecho a organizarnos”, cuenta un joven activista argelino. “La mejor puerta de entrada es adherirse a las asociaciones de lucha contra el VIH. También intentamos crear toda un red en internet, un espacio menos arriesgado. En Argelia, la homosexualidad es un delito, que se presenta siempre como un vicio importado desde el extranjero. Nosotros reivindicamos a la vez nuestra homosexualidad y nuestra identidad argelina”, explica.

“Algún día, todos los países musulmanes aceptarán a los homosexuales”, afirma esperanzado el imán Moulana Muhsin Hendricks. “Pero llevará tiempo. No sé si yo estaré vivo para verlo”, añade…

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