La influyente revista Newsweek publica en su edición digital un artículo, del que nos hacemos eco por su interés, que refleja el cambio de mentalidad que se está produciendo en la sociedad estadounidense a la hora de reconocer a las familias formadas por gays y lesbianas como un modelo más de familia. Un cambio que estaría ocurriendo, además, de un modo sorprendentemente veloz.
Para ilustrarlo, Newsweek se hace eco de los resultados de “Construyendo la familia”, una encuesta que desde 2003 varias universidades estadounidenses llevan a cabo periódicamente sobre el tema. Según sus datos, en 2003 sólo un 41% de los encuestados se mostraban de acuerdo con el matrimonio entre personas del mismo sexo, aunque ya un 53’6% aceptaban que una pareja gay con hijos constituía una verdadera familia (cifra que ascendía ligeramente, hasta un 55%, si la pareja era de lesbianas). Siete años más tarde, la mayoría de los estadounidenses (un 52%) son favorables al matrimonio homosexual, pero el porcentaje que cree que una pareja homosexual con hijos forma una familia se dispara ya al 68%.
Brian Powell, profesor de Sociología de la Universidad de Indiana (una de las que lleva a cabo la encuesta) opina que el cambio se debe a varios factores, pero entre ellos considera clave el aumento de la visibilidad homosexual. En 2003, hasta un 58% de los estadounidenses decía no tener a a ningún gay o lesbiana entre sus familiares y/o amigos. Hoy esa cifra ha caído al 40%. Sólo un 18% de los estadounidenses afirma además no conocer personalmente a ninguna persona abiertamente homosexual. Curiosamente (o quizá no tanto) el porcentaje de aceptación del matrimonio homosexual es mayor entre los que tienen un amigo gay o lesbiana que entre los que tienen un familiar.
Otros factores que se señalan como importantes son presencia de personas abiertamente gays y lesbianas en los medios, así como el hecho de que en varios estados de Estados Unidos se haya aprobado el matrimonio entre personas del mismo sexo, lo que ha permitido que mucha gente haya percibido que dicha realidad es posible. Es lo que Powell denomina “el poder de la ley”.
El investigador considera que el cambio social es muy similar al ocurrido a finales de los sesenta, cuando el Tribunal Supremo de los Estados Unidos declaró inconstitucional la prohibición del matrimonio interracial (sentencia Loving contra el estado de Virginia, 1967). “Antes del caso Loving, los americanos se oponían de forma abrumadora al matrimonio interracial, pero tras la sentencia el cambio fue muy rápido. En 1972 (cinco años más tarde) sólo un tercio de los blancos seguían oponiéndose”, señala Powell.
Para ilustrarlo, Newsweek se hace eco de los resultados de “Construyendo la familia”, una encuesta que desde 2003 varias universidades estadounidenses llevan a cabo periódicamente sobre el tema. Según sus datos, en 2003 sólo un 41% de los encuestados se mostraban de acuerdo con el matrimonio entre personas del mismo sexo, aunque ya un 53’6% aceptaban que una pareja gay con hijos constituía una verdadera familia (cifra que ascendía ligeramente, hasta un 55%, si la pareja era de lesbianas). Siete años más tarde, la mayoría de los estadounidenses (un 52%) son favorables al matrimonio homosexual, pero el porcentaje que cree que una pareja homosexual con hijos forma una familia se dispara ya al 68%.
Brian Powell, profesor de Sociología de la Universidad de Indiana (una de las que lleva a cabo la encuesta) opina que el cambio se debe a varios factores, pero entre ellos considera clave el aumento de la visibilidad homosexual. En 2003, hasta un 58% de los estadounidenses decía no tener a a ningún gay o lesbiana entre sus familiares y/o amigos. Hoy esa cifra ha caído al 40%. Sólo un 18% de los estadounidenses afirma además no conocer personalmente a ninguna persona abiertamente homosexual. Curiosamente (o quizá no tanto) el porcentaje de aceptación del matrimonio homosexual es mayor entre los que tienen un amigo gay o lesbiana que entre los que tienen un familiar.
Otros factores que se señalan como importantes son presencia de personas abiertamente gays y lesbianas en los medios, así como el hecho de que en varios estados de Estados Unidos se haya aprobado el matrimonio entre personas del mismo sexo, lo que ha permitido que mucha gente haya percibido que dicha realidad es posible. Es lo que Powell denomina “el poder de la ley”.
El investigador considera que el cambio social es muy similar al ocurrido a finales de los sesenta, cuando el Tribunal Supremo de los Estados Unidos declaró inconstitucional la prohibición del matrimonio interracial (sentencia Loving contra el estado de Virginia, 1967). “Antes del caso Loving, los americanos se oponían de forma abrumadora al matrimonio interracial, pero tras la sentencia el cambio fue muy rápido. En 1972 (cinco años más tarde) sólo un tercio de los blancos seguían oponiéndose”, señala Powell.
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