Ya hay fecha: será el 10 de octubre cuando el colectivo LGTB serbio se manifieste por las calles de Belgrado en demanda de sus derechos. Será el tercer intento de celebración de una marcha del Orgullo en la capital serbia desde 2001, año en el que los contramanifestantes de extrema derecha agredieron brutalmente a los asistentes a la que fue primera convocatoria.
El año pasado fue convocada una segunda marcha, pero tuvo que ser cancelada en el último momento después de que la Policía manifestara que “no era posible” garantizar la seguridad de los asistentes.
Este año, sin embargo, todo parece indicar que la marcha sí tendrá lugar. Sus organizadores fueron recibidos hace pocas semanas por el presidente serbio, que les manifestó su apoyo explícito. También el ministro del Interior y el de Derechos Humanos y de las Minorías han expresado su respaldo a los organizadores, la Alianza Gay-Hetero y el Centro Queeria para la Promoción de la Cultura y la No Violencia. Varios partidos políticos han expresado también su deseo de que la marcha se pueda celebrar. Un respaldo mucho más sólido que el año pasado, y que probablemente traduce el deseo de buena parte de la clase política serbia de aparecer ante el resto de Europa como un país normalizado.
“Caminemos juntos” será este año en lema de la marcha. Ojalá puede celebrarse sin incidentes y las personas LGTB de Serbia tengan la oportunidad de reclamar los derechos que les corresponden como ciudadanos.
Y dado que conviene recordar el pasado si no queremos repetirlo, no está de más refrescar lo que sucedió en 2001.
El año pasado fue convocada una segunda marcha, pero tuvo que ser cancelada en el último momento después de que la Policía manifestara que “no era posible” garantizar la seguridad de los asistentes.
Este año, sin embargo, todo parece indicar que la marcha sí tendrá lugar. Sus organizadores fueron recibidos hace pocas semanas por el presidente serbio, que les manifestó su apoyo explícito. También el ministro del Interior y el de Derechos Humanos y de las Minorías han expresado su respaldo a los organizadores, la Alianza Gay-Hetero y el Centro Queeria para la Promoción de la Cultura y la No Violencia. Varios partidos políticos han expresado también su deseo de que la marcha se pueda celebrar. Un respaldo mucho más sólido que el año pasado, y que probablemente traduce el deseo de buena parte de la clase política serbia de aparecer ante el resto de Europa como un país normalizado.
“Caminemos juntos” será este año en lema de la marcha. Ojalá puede celebrarse sin incidentes y las personas LGTB de Serbia tengan la oportunidad de reclamar los derechos que les corresponden como ciudadanos.
Y dado que conviene recordar el pasado si no queremos repetirlo, no está de más refrescar lo que sucedió en 2001.
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